| Isaac Adoptad@ 
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 Publicado: 21/02/2011 12:06
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| Teresa Mayorcit@ 
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Publicado: 22/02/2011 19:52
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La edad, hijo, la edad. Tienes un adolescente bravucón.
Cuando se aproximan al año de edad los perros empiezan a dejar de ser cachorros para volverse adultos. Con las hormonas revueltas y el ánimo de la juventud crecido (unos más que otros), comienzan a medirse entre sí para disputarse el territorio, el mando, la reputación, las hembras y todo lo que se les ponga en el camino..... incluidos, a veces, sus dueños (lo que me recuerda que debo preguntarte, ¿qué es eso de ensuciar la casa cuando se queda solo?).
Solución más exitosa: la esterilización. No significa que se vaya a convertir en un blandengue (conozco machos y hembras esterilizados pero con mucho carácter), sino que, dejará de "irle la vida" en ser el MÁS del barrio.
Si no estás por la labor de esterilizarlo, sólo te queda el otro camino: el de imponerte. Difícil, pero no imposible, aunque no siempre efectivo porque tienes que contar con ¡cuán provocador será el otro perro!. (Tengo un compañero con un control envidiable sobre su perro, que consigue evitar el 99% de las broncas del susodicho; el otro 1% lo va consiguiendo el propio perro a base de escarmientos de otros perros).
Tu perro debe entender que, mientras tú estés delante, el único que manda eres tú, por lo que no ha lugar a disputarse nada; se hace lo que tú digas y punto. Empieza no permitiéndole tirar de la cadena. Él no te puede llevar a ti de paseo. Intenta ponerle la corre alta (cerca de las orejas) para obligarle a ir con la cabeza alta, sin oler el suelo, y a tu lado. Cada vez que intente tirar, das un tirón hacia arriba o cambias de dirección.
Lo mismo cuando te encuentres con otro macho, si lo ves que se altera, corrección y/o cambio de dirección.
Si es el otro macho bravucón el que se ha acercado al tuyo, intenta que el tuyo se siente o dile NO (pero, sin gritos, tranquilo y en tono seco y firme), con un poco de suerte, el otro perro no intentará acercarse a vosotros.
Si el otro macho viene en actitud amistosa, sienta al tuyo para que se deje oler y háblales en tono neutro para que la situación sea relajada porque, si tu perro ve que tú te alteras, tendrá la escusa perfecta para sacar a relucir su carácter.
Y, no te olvides de que, normalmente, "el roce hace el cariño". Intenta que tu perro pasee con otros perros. Que camine con ellos. A veces, los juegos son un poco competición, por lo que igual es preferible dejarlos para cuando ya exista un pelín de hermandad, pero el paseo los une mucho.
Lo dicho, empieza a ser tú el jefe las 24 horas del día y, paseo, mucho paseo.
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