Luysan Invitado
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Publicado: 03/09/2010 15:09
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Hola, mi nombre es Silvia, y quería dejar mi opinión aquí escrita por si puede servir de ayuda a más de uno. Para ello, os voy a contar cómo fue mi historia con Cami, mi perrita Schnauzer mini.
En casa somos dos personas, y cuando "adquirimos" a Cami con 3 meses, yo estaba en el paro y mi mujer trabajando, por lo que durante 1 año y medio, o sea hasta el día de hoy, Cami ha estado acompañada las 24 horas del día. Nosotras le dábamos todo el cariño del mundo, pero empezamos a ver que cuando íbamos a salir un pequeño ratito de casa las dos sin ella (ej. para hacer la compra) ella se quedaba ladrando y llorando de una manera exagerada.
Como no sabíamos cómo actuar pq los vecinos nos llamaron la atención le compramos en contra de nuestra voluntad un bozal (pq no queríamos que algún vecino chiflado le hiciera algo).
Pues bien, nos molestaba tanto tener que ponerle el bozal, que decidimos llevárnosla a todos los lados y hacerla esperar en el coche, ya que ahí se quedaba muy tranquilita. Pero este método dio resultado hasta que llegó el verano.... y claro, el coche llegaba a temperaturas muy altas y Cami no se podía quedar dentro, así que como locas empezamos a indagar, buscar soluciones... no sé cualquier cosa por ella.... Porque no era ya que ladrara y molestara a los vecinos, pues nos cambiamos de casa y eso ya no nos importaba, es que mi perra, Cami, lo pasaba mal, no era feliz, se ponía muy ansiosa si nos íbamos sin ella. También cuando íbamos por la calle, ella iba tirando de la correa casi ahogándose y ladrando como loca y dirigiéndose a todos los perros...
Empezamos a leer por internet, y cuál fue mi sorpresa, que en la mayoría de los foros se decía que pasada la edad de cachorro, ya era muy difícil de paliar el problema, y que casi que sería necesario llevarla a un adiestrador canino. También solía leer, que tenía que evitar el dar cariño a mi perra, entre otras muchas cosas....
Pero, si os soy sincera, yo llevaría a mi perra a un adiestrador, si quisiera que diera vueltas como una rueda, si quisiera que se hiciera la muerta, o cosas por el estilo, pero para este tipo de situaciones no. Pues bien, nos pusimos manos a la obra, y viendo 20 capítulos seguidos de César Millán, descubrimos un método común a todos los casos que trataba, y así es como empezamos nuestra nueva vida con Cami:
- Ante todo se le tiene que proveer al perro de salidas diarias, pero no simples paseitos para que hagan sus necesidades, si no, al menos uno de los tantos paseos que le deis, que le haga desgastar energías y llegar cansado a casa. Cuando un perro está cansado es más fácil domarle, más fácil tratarle, comunicarte con él, que te entienda.
- Algo infalible, y que de verdad a nosotras nos encantó pq funcionó desde el primer momento, fue colocar la correa muy arriba de su cuello, detrás de las orejas, como los usan en las exposiciones caninas, llevando un paso a un ritmo no muy lento (pero no es necesario correr, se puede ir andando), con el fin de que el perro lleve la cabeza erguida, mirando siempre al frente y nos permita corregirla con un pequeño tironcito, cada vez que ella haga el amago de mirar hacia otras cosas o adelantarnos en el paso tirando de la correa. No le tenemos que permitir cualquier tipo de desvío en el paso, pues así lo que conseguiremos es que nuestro perro se olvide de todo y se concentre en el paseo pudiéndolo disfrutar sin nigún tipo de estrés (no penseis que es cruel no dejarle mirar a otros perros, acercarse, olerles, pq para eso están los parques de perros, donde es aconsejable también que vayan y puedan sociabilizarse y allí seguir con su educación). Vosotros sereis el líder, y de vosotrs dependerá soltar un poco la correa y dejarle olfatear de vez en cuando, sobre todo para darle oportunidad para hacer sus necesidades. Pero hay que se constantes hasta que algún día, pasado las semanas o meses, no sea necesaria tantas pautas para un simple paseo.
- También nos funcionó establecer límites de espacio dentro de la casa, siempre haciéndole ver que hay un líder (y que no es ella) de tal forma que Cami sólo podía estar en la cocina donde tiene la comida y en el comedor. no podía estar ni en la entrada, ni en el baño ni en nuestra habitación, que era donde antes dormía. Ahora, si os sirve de consejo, duerme en un transportin plegable de tela, bastante amplio, casi parece su caseta, donde ella siente que es su espacio (ver el método de jaula para perros), entrando y saliendo a su antojo. Hemos descubierto que en nuestras salidas, ella se queda más tranquila teniendo un cobijo donde meterse y no sintiéndose en un espacio grande donde ella es diminuta y no hay nadie.
- También de lo que hemos leído sí que hemos aplicado las pautas de no prestar atención al perro unos 30 minutos antes de salir y 30 minutos después de llegar a casa, eso sí, siempre con total naturalidad.
- Por último podemos destacar, que si el perro hace algo que no queremos, debemos de intentar evitar ponerle más nervioso de lo que está (gritarle, mucho menos pegarle, asustarle, etc.) al igual, tampoco debemos fomentar aquel estado de ánimo en el que el perro está eufórico (por ejemplo y para que entendais, si el perro viene a buscarnos muy contento, demasiado, se intenta subir a dos patas, etc... no hemos de hacerle caso ni darle cariño, pq creerá que está actuando bien. El cariño decidimos nosotros cuándo dárselo al perro, y es aconsejable saber cuál es el momento adecuado (sin que presente síntomas de ansiedad: lamerse constantemente, mover el rabo, tener las orejas paradas....).
Bueno, esto es más o menos todo... simplemente necesitaba compartirlo ya que nuestra rutina ha mejorado muy notablemente desde que empezamos con todo esto. No se olviden, hagan un buen uso de la correa (incluso dentro de casa) y cualquier duda, pueden tomar ideas del programa El encantador de perros.
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