El Husky Siberiano

Sin duda es un perro precioso.

El más popular de las razas llamadas "nórdicas", atrae a mucha gente, en primer lugar, por su aspecto lobuno. Sin duda es un perro precioso y, además, muy cariñoso. A pesar de ser tan cariñoso, muchos de sus propietarios han sido defraudados por su Husky.

Correr sobre tierra

Como ocurre con tantas otras razas, también en el caso de este perro resulta que el carácter que posee no es lo que uno se espera. Por muy cariñoso que pueda ser, no debemos olvidarnos de lo que hay detrás de su precioso disfraz.

Son perros bastante primitivos, no han sido domesticados en el sentido de haber convivido en estrecha colaboración con el hombre durante mucho tiempo. Hasta hace pocos años solo tenía que tirar de los trineos de los esquimales en la zona polar. Ha sido seleccionado para este fin, lo cual le ha dado como característica, entre otras, su gran necesidad de moverse mucho.

Es capaz de recorrer todos los días grandes distancias. 50 km. para un Husky es como una vuelta a la manzana. Su principal interés es alcanzar el horizonte, sin preocuparse lo más mínimo de que nunca lo alcanzará. Para poder ser así necesita ser muy independiente, porque para hacer este trabajo de correr sin parar no puede distraerse con nada. Los responsables de su crianza (los esquimales) no daban mucho valor al trato con sus perros. Los tenían para trabajar. Los perros estaban, o bien atados a cadenas, o bien tirando de un trineo. Esperaban que no se cansaran nunca, que fueran nobles en el trato con el hombre y poco más. El perro que por su estado físico ya no servía para su fin, terminaba su vida sirviendo de comida para sus compañeros de trabajo. Así han vivido durante siglos, y hasta hace pocos años fue así la vida de estos magníficos animales.

De esta vida tan básica viene otro aspecto importante que se debe tomar en cuenta cuando uno decide hacerse dueño de un Husky. Dada su estrecha convivencia en jauría, ha llegado a desarrollar un fuerte sentido jerárquico. Esto conlleva la necesidad de dar al Husky un trato que coincida con esta forma de ser, al menos si te interesa que tu perro te obedezca. Por muy cariñoso que pueda resultar, no debes dejarte engañar por esta actitud. Al no saber ser exigente y autoritario acabarás conviviendo con un perro que vive la vida según le parece, haciendo oídos sordos a todo intento de conseguir algo de él.

Desde muy joven, quiero decir desde el día en que llegue a tu casa, debes empezar a explicar de manera autoritaria que en tu casa lo más importante es lo que tú quieres o no que él haga. Al no hacer esto por la razón que sea puedes esperar un futuro bastante poco apetecible. El Husky se ha hecho famoso por su tendencia a fugarse y a negarse a obedecer a la orden "VEN". Es el perro que más veces aparece en los anuncios de perros desaparecidos. Estas fugas tienen mucho que ver con su carácter y sobre todo con la falta de una estructura jerárquica claramente establecida.

Dicen del Husky que no puede aprender a obedecer. La verdad es todo lo contrario, si lo enseñas a cumplir con tus órdenes desde muy joven será perfectamente capaz de ser un perro obediente, disfrutando incluso de serlo.

Lo anterior no quiere decir en absoluto que un Husky no sea un perro para convivir con una familia de manera muy satisfactoria. Para que el tuyo lo sea será necesario que cumplas con unas normas básicas.

Es importante tener en cuenta la necesidad innata de andar mucho, bastantes kilómetros a diario. Al no poder satisfacer este instinto acabará volviéndose neurótico, y tú como propietario también. Si no dispones de tiempo y/o energía suficiente para pasear todos los días varias horas con tu perro, no es éste un perro para ti.

Otro dato a tomar en cuenta es el espesísimo manto que posee. Dos veces al año muda, y durante un mes o más soltará muchísimo pelo, necesitará varios cepillados al día, aún así llenará todo lo que le rodea de pelo. No es un perro para alguien que odia ver pelos por todas partes.

Como en origen es un perro de jauría, suele soportar muy mal la soledad. No es un perro que ladra, sino aúlla y hace muchos ruidos extraños. Al verse solo frecuentemente durante muchas horas, puede volver loco a todo un vecindario con estos aullidos y gritos de desesperanza.

He observado que hay una gran variedad de caracteres dentro de la misma raza. Existen ejemplares que se parecen poco al perro que describo arriba. Son por desgracia las excepciones. Dada la popularidad que alcanzó hace unos años ha sido criado indiscriminadamente, lo cual conlleva que se produzcan muchos (la mayoría) perros desequilibrados. Existen muchos Huskys con un carácter muy feo, dominantes y agresivos, o bien tan insociables que no hay quien les haga razonar.

Para evitar decepciones a la hora de adquirir un Husky aconsejo, como siempre a la hora de elegir un perro de raza, que te pongas en primer lugar en contacto con el correspondiente club de la raza de tu elección. Ellos disponen de listas de criaderos recomendados. La Real Sociedad Canina de España te puede facilitar la dirección del club que solicites.

Real Sociedad Canina de España
C/ Lagasca, 16 bajo dcha.
28001 Madrid
Tlf.: 91.426.49.90
Fax: 91.435.11.13 / 91.435.28.95
E-mail
Web

Recuerda que un perro de raza de buena calidad es más caro, pero la diferencia entre un ejemplar mal criado y uno que es bueno es, a veces, abismal.

Si quieres profundizar más en el tema de las razas caninos te recomiendo la lectura de Introducción a las razas de perros y de
Carácter de raza e individuo.

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Comentarios (24)

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#24 - Willy - 29-08-2018 - 18:05h.

Hola Mara,

¿Leíste este artículo, mis perros se pelean?

#23 - Invitado - 29-08-2018 - 16:11h.

Buenos días, soy de Argentina y tengo 3 husky, una hembra de 13 años y medio (Elektra), su hijo de 11 años y medio (Fusser) y la hija de Fusser de 3 años y medio (Hannah)...y hace varios meses empecé con problemas entre Hanna y Elektra....hay momentos en me descuideo y la más chica la muerde a la mas grande y varias veces la ha lastimado y Elektra está vieja y poco se puede defender y me pone muy mal porque no sé como manejar la situación....es como que la chiquita quiere todo para ella el cariño, el alimento, es muy acaparadora y ni hablar de cuando pasa un celo y tiene embarazos piscologicos...se apodera de todos los rincones de la casa, incluso ya van varias veces que se pelea con el macho tambien, pero el problema mayor es con la viejita. Me gustaría que me den algunos consejos porque me apena que los ultimos años de vida de Elektra se vean atormentados por la más pequeña, ademas yo estoy sufriendo mucho por no saber manejar la situación, vivo en tensión permanente...veo que ambas se cruzan y ya se me sale el corazón, además yo los adoro a los tres.

Muchas gracias y aguardo algún consejo

#22 - javier hernandez - 18-09-2016 - 05:40h.

[b]buenas noches tengo un perro husky tiene 6 años y cuando salgo a caminar con el se encuentran otros perros que le ladran pero el ni caso les hace, el solo va buscando ratones o ardinllas en el campo. Por que se comportara asi

#21 - Invitado - 11-01-2016 - 01:25h.

hola soy de Colombia y quiero regalarle a mi nieta un Husky adora los perros pero lo quiere cachorrito y a mi tambien para entrenarlo es una raza que me gusta mucho e estado leyendo sobre ellos para poder decidirme gracias por la informacion que dan sobre esta hermosa raza.

#20 - Invitado - 29-12-2015 - 20:34h.

Muy buena la informacion, hasta q edad deja de crecer un husky siberiano

#19 - Willy - 04-10-2015 - 10:59h.

Hola Diana,

Lo que deberías hacer es adiestrarlo, apúntate a algún curso de obediencia básica, si tienes la posibilidad. Aprenderás a controlarlo. okay

#18 - Diana Gamboa - 03-10-2015 - 21:54h.

Hola
Bueno yo soy de Colombia,tengo un husky se llama Simón ya tiene 1 año y 2 meses, algunas veces ea muy obediente, pero a la hora de salir a pasearlo se vuelve totalmente loco, ya no puedo sacarlo yo sola, le toca a mi padre,el no era así fue se un tiempo para acá, me podría. Dar un consejo.
Gracias, lo espero.

#17 - nuestra loba espectro - 13-05-2015 - 09:07h.

Hola..tengo unhuski de 12meses,es un amor solo que no obedece y se havuelto algo destructora,muerde todo lo que encuentra.. Como lehago para que sea mas obediente?... Gracias...

#16 - Invitado - 12-04-2015 - 03:33h.

tengo un husky de tres años es muy lindo, pero me preocupa la a gresividad que últimamente muestra con mis niños y que ni bien se abre la puerta se va .............. no e qu ehaceerr

#15 - Marco Alberto Martínez - 01-04-2015 - 07:29h.

besito Guiño [b]Hola yo tengo un "casihusky" al menos eso me dijeron no mude mas de 60cm tiene orejas pacosas y cortas ojos cafés es totalmente blanco mudaos veces al año la cola esponjosa igual que ely en la espalda la hace rosca incansable juguetón y muy social aveces aulla muy pero muy inteligente y quiero saber si son características de un husky verdadero

#14 - Invitado - 18-08-2014 - 17:08h.

mi chuski es agresiva con el que pasa para la casa no puedo resivir a nadie por ella yo no se que le pasa a ella era mansita y no se que le paso se llama alaska

#13 - Willy - 27-07-2014 - 13:17h.

Hola Nena,

Lea "Mi perro me gruñe cuando está comiendo" para saber por qué te gruñe y qué debes hacer para enseñarla a no hacerlo.

#12 - nena - 27-07-2014 - 06:42h.

hola tengpo un perro lobo y un dia le puse comida y fui a apegarme hacia ella y me salio gruñendo y la verdad ella nunca hace eso y estoy asustada tiene 2 mese me pueden ayudar

#11 - lesvy - 27-07-2014 - 04:38h.

Tengo un hoskin agresivo, q debo hacer

#10 - nina - 21-02-2014 - 23:03h.

Tengo un problema con mi husky, es hembra de 14 meses de edad.. el problema es que es demasiado "mansita" cualquier extraño de la calle se puede acercar a acariciarla y ella solo se echa y se deja dar cariño me preocupa mucho que se la vayan a robar por su excesiva confianza y nobleza me gustaría hacerla un poco mas territorial o al menos un poco desconfiada a la hora de que alguien se acerque a ella que puedo hacer?

#9 - nina - 21-02-2014 - 23:03h.

Tengo un problema con mi husky, es hembra de 14 meses de edad.. el problema es que es demasiado "mansita" cualquier extraño de la calle se puede acercar a acariciarla y ella solo se echa y se deja dar cariño me preocupa mucho que se la vayan a robar por su excesiva confianza y nobleza me gustaría hacerla un poco mas territorial o al menos un poco desconfiada a la hora de que alguien se acerque a ella que puedo hacer?

#8 - Willy - 13-02-2014 - 19:52h.

Gracias a ti también, por tu comentario. okay

#7 - Invitado - 13-02-2014 - 17:28h.

gracias por sus publicaciones.

#6 - LOPIRE - 25-09-2013 - 22:25h.

Me parece excelente todo lo que enseñan sobre el Lobo, HOY HE APRENDIDO MUCHO tengo uno pero me da trabajo que obedezca.Me gustaria saber sobre la alimentacion QUE LE PUEDO DAR. GRACIAS

#5 - Baudin - 02-05-2013 - 10:27h.


Alpha escribió:Tengo una perrita husky siberiana de 5 años, no había tenido ningún problema con ella, muy educada y cariñosa, estoy embarazada y hace 3 meses nos mudamos a un apto nuevo, vivo con mi esposo, solo somos los 3, y encuentro que ha cambiado su comportamiento, me esta dañando las puertas y las cosas de madera que encuentra, y muchos objetos mas, las cortinas, etc..quisiera saber que puedo hacer para evitar que me destroce el apartamento, cual puede ser la causa de su comportamiento.

Olvidaba comentar que ella permanece sola durante nuestra jornada laboral, al llegar a casa nos preocupamos por pasearla y atenderla muy bien.

Gracias


Es muy frecuente que ante la perspectiva del inminente nacimiento de un nuevo bebé, los futuros papás se pregunten, preocupados e inquietos, cómo lo aceptará el “rey de la casa”, máxime si, hasta ese momento, el tal “rey” no ha tenido competencia…
Los celos aparecen en escena y, dependiendo de la forma en que actúen los propietarios, así reinará o no la armonía en la casa durante los siguientes meses.
Felizmente para todos, hay una serie de pequeños trucos para asegurar que el perro acepte al recién-llegado sin demasiados problemas.

De la misma manera que un hijo único cambia radicalmente de comportamiento con el nacimiento de un hermanito, ocurre que el perro, tanto si se trata de un macho como de una hembra, que no haya tenido que competir previamente con un “cachorro” humano, puede sentir grandes celos de un bebé humano. Y, lo que es peor, puede manifestar su desagrado y rechazo de mil maneras.

Lo primero a tener en cuenta es que un perro sano es un perro que no planteará ninguna preocupación añadida a los propietarios y por lo tanto es importante hacer una visita al Veterinario y desparasitar y luego revacunar convenientemente a nuestro perro. Y luego continuar desparasitándole regularmente, cada tres meses, durante todo el resto del embarazo y también, posteriormente, mientras el niño crece. De esta forma estaremos seguros de que el no represente riesgo alguno para el pequeño.

Luego vienen toda otra serie de consideraciones que hay que hacerse con tiempo y previsión. “¿Cómo de educado es?” “¿Acata fácilmente las órdenes?” “¿Se sienta, se tumba, acude a la llamada, presto, cuando se le pide que lo haga?” Lo ideal es que se conteste que es un portento de educación pero… con la mano en el corazón, hagamos de nuevo esas preguntas y seamos totalmente sinceros. “¿De verdad es el perro ideal, el modelo perfecto de obediencia?”

Si no lo es, tenemos unos cuántos meses por delante para ponernos y ponerle las pilas; buscar un adiestrador experto (mi consejo no es que se le lleve a una escuela y se le deje allí uno o dos meses a merced de los educadores, sino que sea el educador quien venga a casa y, juntos, el perro, los dueños y él, hagan los deberes en casa, en la calle y en el parque) y asegurarnos de que se convierta definitivamente en ese perro casi perfecto que responde a la orden inmediatamente y de forma contundente.

Ahora viene la segunda cuestión… “¿Es excesivamente posesivo con sus juguetes, su hueso, su comida, su cama, su caseta?” “¿Ha hecho amago, alguna vez, de morder a algún niño o a algún adulto, cualquiera que fuera la situación y la motivación?” “¿Tiene tendencia a perseguir cualquier cosa que se mueva, sea persona, gato, pájaro o moto, bicicleta, pelota, etc.?” Porque si lo es, si a alguna de estas cuestiones se contesta con un “sí”, también hay que ponerle remedio y cuánto antes. Y para ello hemos de confiar en ese educador que, de la misma manera que le ha enseñado a ser obediente, sabrá y podrá corregir los “desmanes” para asegurarse de que el carácter excesivamente dominante –porque eso es lo que es—de nuestro perro quede suficientemente tamizado y bajo el necesario control. Porque lo que se pretende es que el perro aprenda cuál es su lugar en la familia, lo acate y lo acepte y no tenga por qué representar ningún problema en el futuro.

Lo más probable es que, al verse desplazado, comience a actuar como lo hizo de cachorro, haciéndose pis y caca por las esquinas, vomitando lo que come, mordiendo otra vez las patas de las sillas de la cocina, aullando como un poseso cuando se quede solo en casa… en suma, haciendo toda clase de “trastadas” para intentar llamar la atención de sus dueños que, entusiasmados con el retoño, le han dejado a un lado de manera muy ostentosa. Este comportamiento no difiere demasiado de ese otro que pone en práctica el niño de la casa que hasta ese momento no ha tenido que competir con un hermano más pequeño y que, otra vez, vuelve a pedir a gritos un chupete, o vuelve a orinarse en la cama por las noches, o baja su rendimiento en el cole, o parece más despistado… son manifestaciones todas ellas que tienen mucho, muchísimo, que ver con los celos.

En el caso de los niños, estas actitudes suelen acabar siempre que los padres, atentos al problema, se ocupen un poco más de su primer hijo, le presten más atención, le hagan sentirse más partícipe de todo lo que tiene que ver con el bebé recién llegado, le hagan sentir que sigue siendo importante, que nada ha cambiado, que le siguen queriendo igual.

Y, por increíble que parezca, algo parecido tiene que ocurrir con el perro celoso. Es imprescindible darle a entender que el hecho de que haya llegado a casa un bebé humano no tiene por qué significar que él vaya a ser menos importante en la estructura familiar… así de fácil, así de complicado. Y es que, claro, llegados a este punto, habrá que preguntarse ¿eso, como se hace?, porque indudablemente no le vamos a poder pedir al perro que ayude a cambiar un pañal, que abra el grifo del agua caliente para prepararle el baño al chiquitín, o que ponga a calentar el cazo con el agua del biberón. Ciertamente ninguna de estas cosas será posible. Pero eso no significa que no haya muchas otras que puedan hacerse para que el animal no se sienta desplazado.

Pero empecemos por el principio… Antes que nada el propietario responsable de un perro habrá podido “preparar” con antelación al animal para lo que se le viene encima. Me explico. Un embarazo dura algo más que un estornudo ¿no?, y por lo tanto, desde el momento en que se usa el test de la ranita hasta el alumbramiento en sí y el regreso a casa con el recién nacido habrán transcurrido casi nueve meses. Tiempo suficiente para re-educar convenientemente al perro, para corregir ciertos problemas de comportamiento que hasta ese momento han quedado sin atender, para hablar con expertos en comportamiento animal, con el veterinario, con amigos que hayan pasado por la experiencia previamente, con el criador del amigo peludo, si este es una persona que se preste a asesorar al dueño en todo lo relativo al cuidado del animal, etc. etc.

Durante el compás de espera, los dueños pueden, como digo, poner al perro en su sitio; reubicarlo, por decirlo de alguna manera, dentro de la estructura social de la familia. De esa manera, cuando llegue el gran día en que los felices y orgullosos papás lleguen a casa con el bebé, todo estará en perfecto orden.

Más aún, es frecuente que desde el momento del parto hasta que se produce en alta médica, transcurran al menos un par de días; sería ideal que en ese tiempo, alguien se ocupara de ir a casa y llevarle al animal, directamente desde la Clínica, alguna pieza (una toalla, por ejemplo, o una mantita, o incluso un juguete nuevo para el perro) que estuviera impregnado con el olor del recién nacido; esto permitirá que se vaya acostumbrando a todo ese elenco olfativo.

Luego, llegado el gran día, lo primero y principal es que una vez que la madre regrese a casa de la Clínica dónde haya dado a luz, permita que el perro la olfatee de arriba abajo, cosa que sin duda hará con insistencia, porque a través de su fino sentido olfativo va a recibir una serie de “mensajes”. Idealmente, en esa primera “toma de contacto”, la feliz mamá estará sola y se dejará inspeccionar sin prisa, animando al perro con palabras afectuosas, acariciándole, inspirándole confianza. Sería incluso ideal que sacara al animal a dar un pequeño paseo por la manzana para que el perro tenga tiempo de habituarse al gran elenco de nuevos olores que se desprenden de ella. Mientras ambos se dan ese garbeo, será el momento de que el orgulloso papá entre en casa con el bebé y lo coloque en su cuna.

Tiempo habrá, cuando la dueña y el perro regresen al hogar, para que éste sepa que en la casa hay un nuevo “inquilino”. Su sofisticado sentido del olfato hará que mucho antes de que traspase el dintel de la puerta de entrada, el animal ya sepa que el nuevo bebé está en casa… Idealmente se permitirá que el animal recorra toda la casa acompañado de la madre y el padre, en busca del bebé. Sin prisa, pero sin pausa.

Hecho esto y habiendo transcurrido quizás unos diez o quince minutos, será ya el momento de las presentaciones, es decir, el momento de permitir que el perro olfatee (léase, conozca) al pequeñín. La mejor manera de hacerlo consistirá en que la madre coja al pequeño en brazos y se siente en un sillón permitiéndole al animal que se acerque al bebé tanto como quiera, animándole incluso a que lo haga con una palmada cariñosa o con una palabra de aliento.

Si el bebé empezara a llorar, no hay que arrebatarlo del alcance del perro con demasiada celeridad, sino tranquilizar al animal con frases suaves y caricias, y permitir que incluso entonces continúe inspeccionando al pequeño, salvo, claro que el perro se muestre excesivamente nervioso o de indicios de algún tipo de agresividad. Lo más habitual, salvo muy excepcionalmente, es que el animal, intrigado y curioso, menee la cola algo inquieto, pero sin denotar ningún tipo de rechazo; incluso es probable que lloriqueé, que se muestre algo excitado, que jadee y que se mueva de un lado para otro con algo más de brusquedad de la habitual.

Sería ideal que tras la primera “inspección” olfativa y siempre que la reacción del perro sea de curiosidad natural y espontánea, pero sin ningún tipo de irritabilidad, se le permita incluso lamer los piececitos del bebé durante un par de minutos (y que lo siga haciendo a posteriori, ocasionalmente, para reforzar el vínculo). Ya sé que suena algo “raro”, pero lo cierto es que al hacerlo el animal creará un vínculo muy especial con el que poco a poco se irá convirtiendo en “su” niñito. A veces habrá que esperar unas horas e incluso unos días antes de permitirle al perro hacer esto que digo, pero lo normal (y lo más deseable) es que pueda hacerse en el primer encuentro. Dicho todo lo anterior, no viene nada mal un consejo por añadidura y es que el perro esté en perfecto estado de salud, adecuadamente vacunado y convenientemente desparasitado, para lo cual en los días previos se le habrá llevado al Veterinario que le habrá hecho un completo chequeo y habrá recomendado un producto de amplio espectro, que asegure que quede totalmente libre de parásitos intestinales tras el tratamiento. Lógicamente en los meses posteriores habrá que extremar la atención y desparasitar al animal más a menudo (quizás incluso bimensualmente) para mayor seguridad.

Pero volviendo al tema que nos ocupa, y salvado este primer trámite de la “presentación”, quedan todavía otras cosas que pueden hacerse en momentos y días posteriores, para conseguir estrechar el vínculo del perro con el recién-llegado y salvar o evitar los naturales celos.

Un dato importante a tener en cuenta es que, demasiadas veces, la madre impedirá al perro merodear cerca del niño cuando le esté dando de mamar o lo esté aseando, acunando, mimando, etc. etc. y ocurre que, para evitarlo, echará al animal de su lado a cajas destempladas o cerrará impaciente y con brusquedad la puerta del dormitorio, dejando al animal fuera sin demasiadas contemplaciones. Esta es una reacción harto habitual y totalmente espontánea, que se realiza la mujer sin prestarle mayor importancia aunque... importancia, lo que se dice importancia, tiene y mucha, por cuanto hará que el perro se sienta ignorado y terriblemente desplazado, como si de repente, “por culpa” de un chiquitajo llorón y cagón, toda su vida se hubiera visto del revés. Y lo que es peor, es que esta reacción de la madre, y a veces también del padre, es decir, de la hembra alfa de la casa y del macho dominante, hacen sentir al perro como que todo su mundo estuviera patas arriba, por cuanto, sin venir a cuento, un mico se ha convertido en “más importante” que él mismo.

En estas situaciones, la reacción del animal dependerá mucho de la forma en que haya establecido sus vínculos con la familia, de la educación, del tipo de imprinting y socialización durante la etapa de cachorro, de posibles experiencias anteriores con otros niños de corta edad presentes en su entorno o de que no haya tenido ninguna ocasión de interaccionar con chiquillos y, también, de que se trate de un individuo más o menos dominante. Cuando la “estructura social” de la casa esté perfectamente clara y el animal ha entendido desde el primer momento que su lugar en la pirámide siempre será el último, no tiene por qué pasar nada raro; lo mismo, si el perro es un animal perfectamente equilibrado que ha sido adecuadamente socializado y educado en los primeros meses de vida… y más de lo mismo, si previo el nacimiento del bebé, ha estado rodeado de otros niños de pecho y los ha aceptado sin problemas, pero si es un sujeto extremadamente dominante, entonces la situación será bien distinta y es ahí dónde hay que actuar con especial cuidado y delicadeza, para no desencadenar en el perro la rivalidad con el bebé.

Además de lo ya dicho, de que el perro tenga ocasión de olfatear y lamer al recién nacido en los momentos inmediatamente posteriores a su llegada a casa, también será necesario que se sienta “parte” del día a día, en muchos de los momentos en los que la madre interacciona con su bebé; así por ejemplo, cuando le cambie un pañal puede permitir que el animal lo huela, mientras le prepare el biberón, que esté en la cocina viendo lo que hace, mientras se lo da, que esté sentado cerca escuchando cómo el pequeño emite unos gorgoritos de placer, mientras juega con el pequeñín, hacer algún gesto que invite al juego con el propio perro… pequeños detalles que le hagan sentir que continúa siendo querido y siendo importante. Al fin y al cabo de lo que se trata es de que el perro entienda, cuando antes, que este nuevo miembro de la familia, no ha venido a casa para desplazarle a él ni para robarle, para siempre, la atención y el cariño de los “suyos”.

Finalmente, un consejo de oro. El seguro murió de viejo; eso lo sabemos todos. Pase lo que pase e incluso si los dueños están 100% seguros de que el perro es del todo fiable y “adora” al niño, NUNCA JAMÁS se deberá dejar a los dos solos y sin vigilancia.

PREPARAR AL PERRO PARA LA LLEGADA DEL RECIÉN NACIDO

- Asegurarse de que el perro aprenda las órdenes básicas de obediencia, si no lo ha hecho ya (“sentado”, “tumbado”, “quieto”, “al pie”, “a tu sitio”) y/o reforzar su cumplimento, en los meses previos al nacimiento del bebé, de manera que llegado el momento las cumpla sin rechistar.
- Si el perro estaba acostumbrado a dormir en el dormitorio de sus dueños, irlo deshabituando paulatinamente en los meses previos y lo mismo, si acostumbraba a sentarse en el sofá, en medio de la pareja, y/o cerca de la mesa del comedor, y /o a tener acceso a ciertas habitaciones de la casa, dónde por cualquier motivo, más adelante, cuando llegue el niño, no se le vaya a permitir estar ni solo ni acompañado.
- Buscar la forma de que, en momentos clave, el perro pueda ser separado del entorno del bebé, sin que esto le cause angustia; por ejemplo, entrenándole previamente para pasar varias horas encerrado en una habitación específica de la casa, o en un parque para cachorros, o en una zona acotada del jardín. Pero cuando haya de ser confinado en ese lugar, darle suficientes estímulos (juguetes divertidos, huesos de gran tamaño que roer, etc.) para que no lo sienta como un castigo ni se vea desplazado, sino que lo asuma con gusto.
- Si vas a cambiar algo en el comportamiento del perro, prohibirle la entrada a algunas habitaciones, etc...hazlo mucho antes de la llegada del bebe, para que no lo asocie con él.
- Hacer que el perro se acostumbre a ver a la futura mamá y al futuro papá llevando en brazos algo parecido a un bebé humano (un muñeco de tamaño natural), a distintas horas y en distintos momentos, incluso en plena noche, para que luego esta situación no le cause confusión.
- Acostumbrar al perro a pasear con el cochecito, desde mucho antes de que nazca el bebé (por ejemplo 4 o 6 semanas antes). Y lo mismo, si habitualmente viaja en el asiento de atrás del coche, acostumbrarle a ir colocado al lado de la sillita del bebé, pero sin permitirle que se siente en esta; y habituarle también, si no se ha hecho antes, a que viaje con un cinturón de seguridad especial para perros.
- En los días previos a la llegada del bebé a casa, traer de la Clínica algún objeto impregnado con su olor y ofrecérselo al perro para que se vaya acostumbrando a éste.
- En el momento de las presentaciones y en días posteriores, permitir al perro participar de algunas actividades de cuántas la madre realiza con el bebé, pero sin forzar demasiado la situación. Es importante conseguir que el animal acepte al recién nacido de motu propio y no como una imposición. Algunos lo harán enseguida y otros serán más reacios. Hay que actuar con tiento y con paciencia. Y sobretodo, con calma y dando tiempo al tiempo.

#4 - Willy - 30-04-2013 - 23:41h.

Lea Mi perro no sabe estar solo.

#3 - Alpha - 30-04-2013 - 19:41h.

Tengo una perrita husky siberiana de 5 años, no había tenido ningún problema con ella, muy educada y cariñosa, estoy embarazada y hace 3 meses nos mudamos a un apto nuevo, vivo con mi esposo, solo somos los 3, y encuentro que ha cambiado su comportamiento, me esta dañando las puertas y las cosas de madera que encuentra, y muchos objetos mas, las cortinas, etc..quisiera saber que puedo hacer para evitar que me destroce el apartamento, cual puede ser la causa de su comportamiento.

Olvidaba comentar que ella permanece sola durante nuestra jornada laboral, al llegar a casa nos preocupamos por pasearla y atenderla muy bien.

Gracias

#2 - Willy - 24-03-2013 - 09:28h.

Hola Marta,

Parece un encanto de perro. Hacer mushing con la bici con él está muy bien, una actividad a su medida y superdivertida para él y para ti.

#1 - martamr - 24-03-2013 - 00:06h.

Tengo un husky de 9 meses y la verdad es que es lo mejor del mundo entero.
es super noble, jugueton, lleno de energia y de vida, adora a toda mi familia, mis vecinos...a cualquiera que le dice algo bonito ya se gana su cariño. Por querer quiere hasta a mi gato (que por cierto lo odia a rabiar)
Eso si, es bastante pasota cuando le digo VEN, por lo demas perfecto porque da la patita, la choca, se tumba, da vueltas y lo tengo entrenado para hacer mushing con la bici
Sin duda me quedo con sus balbuceos, cuando voy a clase siempre me "regaña" por dejarle solo con sus blau blau blau jaja
ahora le hemos dado una compañerita, una peqeña akita, y aunque le este costando un poco es todo un amor y parece llevarlo mejor a cada momento :)

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miércoles 22 de enero del 2020 a las 10:18:20


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